Con
este comentario cerraré este capítulo de momento. Sé que es un
tema que interesa mucho, dado el gran número de consultas que se
realizan por estas cuestiones.
Decía
en el escrito anterior, que la terapia analítica puede ayudar mucho
a estas personas que se sienten inseguras, ya que a diferencia de
otras terapias, analizan las causas y condiciones en las que se
produce la inseguridad, desde ese pasaje de la niñez a la
adolescencia y después a la adultez. Este crecimiento personal
siempre lleva un equipaje que portamos desde los primeros
años, donde el yo viene cargado de identificaciones, que ha ido
encontrando por el camino y que a veces perturban más de la cuenta.
Por ejemplo la persona que piensa que es torpe para determinada
cuestión, por ejemplo para estudiar, porque creció con este
convencimiento, muchas veces falso, ya que después al volver a
coger los libros para realizar algún curso profesional, o
simplemente, con la lectura de libros actuales, descubre que tiene
más capacidad de la que creía, o de la que le habían hecho creer.
Así
funcionan muchas cosas, nosotros mismos nos auto-limitamos porque
pensamos que no podemos hacer esta o aquella cuestión, antes de
intentarlo. Creemos poco en nosotros mismos y somos los más
críticos. Todo ello nos proporciona mucha inseguridad, por esta
falta de confianza y mucha ansiedad, cuando nos tenemos que enfrentar
a ciertas tareas para las cuales pensamos que no son para
nosotros/as.
La
terapia analítica trabaja mucho estas cuestiones, contribuye a
deshacer esas máscaras de protección que conforman nuestro yo, y
que nos hacen parecer lo que no somos. El abordaje del inconsciente
profundiza en nuestros temores, deshaciéndolos al comprobar su falta
de consistencia, cuando se analiza nuestro pasado.
Experiencias
del pasado algo traumáticas, provocan la alerta en nuestro
organismo, cuando nos enfrentamos a un problema parecido. Pero el
propio análisis de los temores comprobando su desmesura, nos libera
y hace que podamos afrontar de otra manera estas cuestiones. Poco a
poco la inseguridad y la ansiedad desaparecen, ya que se desvanece el
peligro.
Un
paso más puede abrir nuestros deseos inconscientes y hacer que
cumplamos aquello que nos parecía tan complicado y difícil.
Consiguiendo después la fuerza para seguir adelante y valorarnos más
por el camino andado, que antes parecía imposible.
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