miércoles, 24 de abril de 2019

CRISIS EN LA PAREJA 1


(Artículo revisado)

Vuelvo a tratar uno de los temas que más consultas suscitan en la atención psicológica, de mi trabajo en mi clínica. Me refiero a los problemas que se presentan en la pareja. Para ello es preciso aclarar algunos términos de uso habitual.
¿Qué es una pareja? Naturalmente no puedo contestar a todo lo que representa este término para cada uno, pero señalaré algunas cuestiones de base. Primero que en todo tipo de parejas, lo más importante es que exista un amor verdadero. Además, tendrá que tener buenas dosis de confianza, fidelidad, comunicación, etc. También la concibo como algo dinámico, siempre en construcción, en el que exista un trabajo en común, que vaya conformando un nosotros en el que el yo se diluya y pase a un segundo plano.
Quiero también resaltar dos cuestiones en este camino abierto, desde cierta fascinación por el otro y el deseo continuo, más allá de lo sexual. Servirían como dos guías, una positiva y otra negativa a tener en cuenta. La primera se trata precisamente de mantener el deseo, manteniendo cierta distancia con el otro, para evitar siempre la monotonía, lo cotidiano excesivo.
La segunda cuestión tiene que ver con el tratar de prescindir del reproche, que es el gran causante de muchas desavenencias conyugales. Las cosas se pueden decir pero evitando el reproche. Este tiene que ver con la confrontación con el ideal de pareja, cuando no corresponde a nuestras expectativas.
Conflicto o crisis. El conflicto entre dos sujetos se da cuando existen intereses contrapuestos que entran en confrontación. Situación que planea una solución, sin que ninguno pierda demasiado, esto es importante ya que cuando se dirime el conflicto, siempre se produce cierta pérdida de lo que se demandaba. Por eso resulta básico que éstas pérdidas no sean excesivas, para que no se cree una conciencia de sujeto perdedor, en la relación. Porque estas constantes pequeñas pérdidas pueden conducir a una crisis más seria.
Crisis. Tomando la definición de la wikipedia, nos encontramos con una definición que habla de una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución. La definición es interesante porque introduce el aspecto principal, de cambio temporal, en el sentido de evolución.
Crisis en la pareja o de pareja. Esta diferenciación nos lleva a tratar de identificar la crisis. Las crisis de pareja enfocan hacia la propia línea de flotación de la pareja, y es necesario resolverlas para que no entre agua en el barco común. Yo las llamaría crisis endógenas. Las que se dan en el entorno, o crisis exógenas, son más fáciles de tratar, porque tienen que ver con el exterior del barco, y entonces son más abordables y además consiguen un efecto muy positivo, puesto que sirven para reforzar a la pareja. Nos referimos a las relacionadas con el trabajo, los hijos, el dinero, etc. Para todas ellas siempre propongo un buen análisis de la situación, utilizando una herramienta básica y complicada: la empatía. Sabiéndola utilizar el resultado será mucho más completo, porque podremos ver los dos lados del problema.
Crisis un peligro y una oportunidad. Según el Dr. Rojas Marcos en caligrafía china la palabra Crisis, se escribe uniendo los símbolos de peligro y oportunidad, ya que la crisis implica ambas cosas: el peligro de la ruptura y la oportunidad de recomenzar algo que no queremos dejar que acabe. Por otra parte está también de acuerdo con que las crisis suponen madurez, siempre que se afronten con seriedad y responsabilidad. Sería como un tallo de bambú, en el que las sucesivas crisis coinciden con los nudos del propio tallo. Metáfora bonita que he leído en alguna parte. Además también hay que hacer notar que las raíces del bambú también son muy fuertes.

Por último, antes de pasar a las causas principales de las crisis, que abordaré en otra publicación, quiero volver a recomendar que tratemos de dar la mejor solución a las mismas, puesto que aunque se olviden en un momento, resurgen desde el inconsciente cuando exista algo que se relacione con el conflicto pasado, o con el cuestionamiento hacia el otro. Para ello es mejor consultar a un psicólogo especialista, para que el problema no se haga crónico.


miércoles, 17 de abril de 2019

Nôtre Dame, nuestra Catedral europea vence al fuego


Hitler no consiguió que ardiera París, cuando sus tropas vencidas tenían que abandonar esa ‘grande’ ciudad que es un poco de todos los que nos sentimos europeos, gracias a que el general Dietrich von Choltitz no obedeció la orden y entregó París a las fuerzas aliadas que reconquistaban la ciudad, con presencia de muchos republicanos españoles (“los de la nueve”). Esta semana las llamas tampoco acabaron con el emblema del París histórico: Nuestra Señora, la de todos. Nôtre Dame se ha salvado de nuevo, aunque parte de ella no ha sobrevivido al fuego.
Lo más curioso es que salvo algunas vidrieras medievales, la parte que se ha quemado corresponde sobre todo a la restauración polémica que se hizo en pleno siglo XIX por Viollet-le duc. Este arquitecto levantó un pesado techo llamado el “bosque” de madera y una aguja neogótica inventada por él para reinterpretar el arte. También limpió la isla de casas y dejó una catedral que ya era preciosa en el siglo XIII (se terminó en 1345) como una maqueta aislada de construcciones alrededor en lo que sería un nueva forma de restaurar.
Ahora el fuego ha destruido su obra y se plantea una nueva restauración que llevará mucho tiempo y para la cual el día después, ya había aportaciones de hasta 600 millones de euros. El chauvinismo francés dejará de nuevo Nôtre Dame con una imagen espectacular, no sabemos todavía si será como se concibió en el siglo XIX o antes de su “reinterpretación”.
MI evocación de este monumento más emblemático de todos los europeos, con el que crecimos, me trae muchas nostalgias de mi pasado juvenil, desde que estudiábamos la cultura del país vecino que comprendía su lengua, su música y por supuesto su arquitectura, aprendiendo cada monumento de la ciudad más bonita del mundo. Después un viaje de novios, poco antes de las nupcias, situaba ante mi mirada atónita aquellas bellezas que tanto ansiaba ver.
Entre ellas estaba, como no, la Catedral de Nuestra Señora de París, de propiedad no eclesiástica, y que nos pertenece un poco a todos, y que 48 años después, vencía al fuego, manteniéndose firme enclavada en su pequeña isla, saludando al Sena, atrapando las miradas de todos los que nos consideramos un poco parisinos.
También recuerdo con nostalgia mis viajes a París tras un psicoanálisis didáctico, de idas y venidas durante casi 12 meses, perdiéndome y encontrándome en las rues, y puentes de la ciudad más bella del mundo.
Espero que nuestros vecinos la conserven y restauren como se merece, incluyendo o no, la aguja neogótica que se ha caído, el techo y artesonado y todos los tesoros que han podido salvarse. Pero esta vez, por favor, tengan más cuidado.