lunes, 19 de diciembre de 2016

¿Qué mueve al asesinato?

Antecedentes
A partir de la luctuosa efemérides del asesinato de John Lennon, he intentado estudiar la figura de su asesino: Frank Chapman, sin encontrar demasiadas respuestas a uno de los atentados más importantes del siglo xx. He elegido este suceso por la relevancia del momento y la importante documentación que existe, para poder acercarme a la mente de un asesino confeso.
Hay colegas como Vicente Garrido que ha desarrollado una numerosa obra escrita sobre todos los aspectos posibles de los asesinos, perfiles, modus operandi, etc. Desde la criminología también hay muchos estudios sobre este tipo de personas sociópatas. Mi intención aquí no es tan ambiciosa, simplemente surge del interés por entender algo sobre la psiquis, de alguien que mató a una figura tan apreciada en general, como es, era, John Lennon, que se había caracterizado por su pacifismo y lucha por los derechos humanos, hasta el punto de que el gobierno lo tuviera en el “punto de mira” político.
Existe bastante material del caso, que se extrae de los reportajes realizados, de la película Chapter 27 de J. Schaefer (2007), de sus propias declaraciones en una entrevista televisada con Larry King en directo (1992) y de otras declaraciones y cartas, años después. Algunas de las cuales suelen coincidir con su petición bianual de libertad provisional, después de haber cumplido ya sus 20 años de cadena perpetua y que se han ido desestimando progresivamente (en la actualidad cumple 36 años en la cárcel de Attica). No obstante de toda esta extensa información, no aparecen respuestas suficientes para poder explicar de forma simple, el porqué del acto criminal. Tan solo algunas cuestiones aparecidas en los medios, que apuntan a la búsqueda de una notoriedad.
La película no intenta profundizar en la mente de Chapman, ni en la vida pasada ni presente del asesino, sino que se limita a narrar los tres días fatídicos del último viaje a Nueva York, tratando de no zaherir sensibilidades. Aparecen dudas sobre el acto, que no están bien explicadas, centrándose en sus apariciones en el edificio Dakota y en las conversaciones con los fans que allí encontraba, en especial con una chica de la que se hace amiga, y que huirá cuando ve la agresividad que tiene contenida y que vierte sobre un fotógrafo en un momento dado. Fotógrafo (Paul Goresh) que fue el que lo inmortalizó en el momento de pedirle el autógrafo a Lennon.
En el film, sí que aparece el libro “El guardián entre el centeno”, el otro protagonista de la historia de vida de Chapman, con el que se identifica, llegando a confundirse con su personaje principal Holden, que le servirá como manual y como declaración final de la explicación de su acto criminal. Desde un proceso de despersonalización, en lo que podría ser un acto de un psicótico, aunque la película no trata de plantear esta posibilidad, sino de mostrar un relato lineal, a veces en forma de reportaje, buscando siempre la neutralidad.
La biografía de Chapman por otra parte, sí que podría ofrecer enfatizándola, otra estructura clínica: el típico perfil de sujeto perverso a partir de un padre cruel, militar, maltratador. Padre temido que parece haber despreciado a su hijo, por lo menos en declaraciones públicas cuando Chapman ya estaba cumpliendo condena. Quizás fue condenado primero por su padre y después por la sociedad. En su infancia jugaba con una ciudad de seres imaginarios donde él era el alcalde y la persona que los castigaba, donde se ha podido ver sus primeros delirios, o simplemente la forma de distanciarse y poder encajar esa violencia familiar. Después, en su adolescencia, pasó a las drogas, para aislarse de la realidad hostil, hasta que la religión le dio otra cobertura vital. Típico en muchos jóvenes donde la función paterna es claramente fallida, buscan en la religión otro padre superior que haga de suplencia).
Finalmente, si acudimos a las declaraciones de Chapman para que nos hable de su acto, desde su conversión a un catolicismo más extremo, aparece como principal justificación, la hipocresía de los poderosos que él no aguanta. Se refiere a las personas hipócritas, que hablan de paz y tratan de luchar contra la pobreza, pero viven una vida de riqueza que contradicen sus palabras, y que por ello son merecedores del mayor castigo. Cómo piensa Holden Caulfield, el protagonista del libro “El guardián entre el centeno”. Chapman se convertirá en “guardián” de cierta moralidad universal. Por ello no soportó que Lennon dijera (1966) que los Beatles eran más populares que Jesucristo[i] y que el cristianismo desaparecería. Declaraciones que tuvieron mucha repercusión entre los creyentes.
Este afán de emular a otro, persona muy relevante socialmente, podría suponer un trastorno de identidad disociativo, en el que su fijación durante muchos años había sido John Lennon, pero sus declaraciones contra el cristianismo y sus discípulos, supondrían un gran revés, una crisis de identidad, de sentimiento de fracaso puesto que las cosas en la vida real no le iban muy bien, que pudo determinar un intento de suicidio fallido. La terapia posterior por depresión y el viaje alrededor del mundo al estilo Verne, pondría un especial paréntesis en su vida, al que siguió el casamiento con su guía de viajes, que era japonesa y muchos decían que era parecida a Yoko Ono. La sombra de John permanecía, había sacado un nuevo trabajo: Double Fantasý, que traía a su mente la fantasía del doble. Mark ya no podía ser John. Posteriormente conseguiría que Lennon pusiera su nombre, su autógrafo en el vinilo, pero este intento de nominación no serviría para la diferenciación ¿tendría que eliminar a John?.
Chapman estaba ya enfermo en septiembre de 1980. Le dijo en una carta que escribió a su amiga Lynda Irish, que se estaba volviendo loco y firmó la carta con otra identidad fantaseada: "The Catcher in the Rye" ("el guardián entre el centeno"). Posteriormente viajó a Atlanta, para buscar la munición de su revólver.
Estos cuatro meses fueron decisivos para terminar su acto criminal, después de un arrepentimiento fugaz que llegó a comunicar a su esposa, y que le aconsejaba visitar a un psicólogo clínico (noviembre 1980), regresó el 6 de diciembre a Nueva York por última vez.

El ritual de la preparación del acto
Antes de abandonar la habitación del hotel Sheraton, dos días después de su llegada a Nueva York, hizo una especie de ritual para cambiar de personalidad: dejó encima de una cómoda todo lo que significaba algo en su vida: una carta de recomendación por su trabajo con niños vietnamitas, su pasaporte, un par de fotos de su viaje alrededor del mundo y la biblia abierta por el evangelio según S. Juan, al que había añadido escrito en bolígrafo, junto al nombre del evangelista “Lennon” (John “Lennon”), para que cuando viniera la policía supieran quién era antes y en lo que se había convertido (según recrea la película). Después de este ritual, abandonó la habitación como Holden, sólo faltaba separarse de John.
Después compró un ejemplar del libro de Salinger, “El guardián entre el centeno” para poder afianzar su personalidad, en el que escribió; “To Holden Caulfield for Holden Caulfield this ist my statement” y fue al encuentro de Lennon. Después de una larga espera, le pidió un autógrafo a Lennon
"En ese momento, mi parte buena ganó y quería regresar a mi hotel, pero no podía. Esperé hasta que regresó. Él sabía dónde van los patos en invierno, y yo quería saberlo" 
Donde van los patos en invierno es una pregunta recurrente que se hace Holden en The Catcher in the Rye, como si fuera un koan. Curiosamente Lennon después de firmarle su último álbum Double Fantasy, le preguntó: ¿Es todo lo qué quieres?
El pasaje al acto
Aguardó, a pesar del frío, casi 6 horas más en la puerta del edificio Dakota, A las 10,50 horas del 8 de diciembre de 1980, llegó John Lennon a su casa en compañía de Yoko Ono, y Holden Caulfield le disparó:
“Y eh…él caminó y me pasó. Yo di cinco pasos hasta la vuelta de la calle.  Apuntándolo con mi arma de fuego y le disparé 5 tiros a su espalda.
“Antes, todo estaba calmado, y yo estaba listo para que esto pasara, incluso escuchaba una voz dentro de mí, mi voz, dentro de mí que decía: “hazlo hazlo, hazlo”. Aquí vamos..
“Y luego del suceso, era como que la cinta de la película se había roto, yo sentí sobre mí, estaba como en estado de shock, estaba de pie con el arma colgando abajo en mi lado derecho”.
Sólo una de los cinco proyectiles erró el tiro, los otros cuatro impactaron en la espalda de John Lennon.

Tras el acto
Después se realizaron los reconocimientos psiquiátricos forenses, que daban un diagnóstico en principio de locura. Pero fue el propio Chapman quién confesó y no quiso aparecer como un demente, sino que se reconociera su motivación manifiesta principal, que es la que más ha trascendido: ser conocido y famoso, desobedeciendo a su abogado, que había preparado un alegato de inimputabilidad, de acuerdo con el diagnóstico del Dr. Schwartz (director del Departamento de Psiquiatría Forense del Hospital del Condado de Kings), que daba una explicación, para algunos un poco delirante: basada en un diagnóstico de esquizofrenia paranoide, habla de que el acto en sí era como un suicidio, ya que había absorbido la personalidad de Lennon («Al matar a Lennon, una personalidad que él consideraba malvada, hipócrita y falsa, psicológicamente Chapman se estaba suicidando»).
Explicación que no convenció demasiado al tribunal, cuando apareció una lista que Chapman tenía para asesinar a otros famosos, entre los que Lennon, era el más asequible para matar.
Chapman tiempo después admitía ser un sociópata:
 “Esa es una verdadera mente sociópata: hacia el final, o diría que la última hora o así, me hablé a mí mismo. Hice una oración pidiendo que por favor me ayudara a cambiar esto. No podía hacerlo. Estaba obsesionado con una cosa y que lo estaba haciendo para que yo pudiera ser alguien”.
Ser alguien ¿para quién? Uno de los primeros deseos es el de reconocimiento, sobre todo si se ha vivido una infancia difícil con un padre violento hacia su madre y hacia él, sin que aparezca un claro reconocimiento paterno, en el que los hijos a menudo se sienten un estorbo, entonces el hecho de destacar es importante, porque se busca ese reconocimiento que no se obtiene, Su padre no fue nunca a la cárcel a visitarlo.
El diagnóstico final: posible trastorno de identidad disociativo
Tres horas después de perpetrar el acto criminal, en su declaración a la policía, Chapman dijo,
"Estoy seguro que la mayor parte de mí es Holden Caufield, el resto de mí debe ser el Diablo."
Holden fracasó en su mayor anhelo, en su deseo fundamental como guardián, no pudo salvar a Mark Chapman, no pudo decirle que después del inmenso campo del centeno estaba el acantilado, que llevaba a la muerte de John, y a Mark a la cárcel. Al final lo real se imponía. Y cada dos años se reconsidera su situación y se vuelve a decidir que permanezca allí, porque se le sigue considerando peligroso.



[i] "El Cristianismo se irá. Desaparecerá y se encogerá. No necesito discutir sobre eso, engo razón y voy a tener razón. Nosotros ahora somos más populares que Jesús, no sé que se irá primero, si el rock and roll o el Cristianismo. Jesús estaba bien pero sus discípulos eran ordinarios, son ellos los que para mí lo arruinan".

jueves, 20 de octubre de 2016

SATISFACER A LA PAREJA

Estoy apreciando en muchas sesiones de terapia de pareja, los problemas de satisfacción que aparecen. Abrir un espacio en la propia sesión de tratamiento a la palabra, hace que pueda expresarse las cuestiones negativas que cada uno tiene retenidas respecto al otro de la relación, y que por problemas de comunicación no suelen expresarse en casa, dejando un depósito que puede explotar en el futuro.

Estas cuestiones reprimidas de momento, sorprenden mucho a los sujetos en tratamiento, cuando las escuchan en la sesión, aunque les resuenen por haberlas oído en casa en forma de quejas. El espacio terapéutico permite cierta amplificación y posibilita la aclaración de estas quejas.

Sabemos también que cuando se llevan años de relación, entran en juego otras variables en las que resulta muy complicado satisfacer al otro, por eso la pareja es algo que se tiene que cuidar y alimentar, para que evolucione y supere el transcurrir del tiempo

Algunas pareja también sugieren la importancia de la educación sexista que se ha recibido, y más allá de ésta, la exigencia que flota sobre la mujer que suele mantener la dirección y el control de todo lo que supone “lo familiar”; casa, hijos, economía doméstica, etc., tratando de responder a la demanda social, de que la mujer tiene que ser además de una madre perfecta, una trabajadora impecable. Demanda social que se ha introyectado en su superyó propio, que provoca la auotexigencia continua.

Por otro lado, muchos hombres se quejan de que no les dejan intervenir de forma importante en “lo familiar o doméstico” y que cuando lo hacen, les dicen que no se implican lo suficiente y no lo hacen bien, a pesar de que según ellos, ponen mucho empeño. Esto puede suponer un nuevo paradigma social, en el que el hombre empieza a plantearse que quizás ha perdido cierto lugar, y que cuenta menos, y esta suposición le angustia y trata de evitarla participando más en casa y con los hijos, pero sin que su actuación sea del todo complementaria a la de su compañera.

Se llega así a una falta de acuerdo difícil de resolver, en la pareja, ya no se trata de quién hace más o menos, sino de intentar cierto entendimiento y poder conseguir esa difícil complementariedad que proporcione cierta satisfacción con el otro.

De qué satisfacción hablo, porque debajo de la doméstica, de conseguir tener la casa en orden y los hijos, de forma coordinada, complementaria… parece que en esta excesiva complejidad de vida en la que se ha convertido, la casa, los hijos e hijas, los deberes, las actividades extraescolares, donde no ayuda nada la conciliación laboral española, el lugar para la pareja se va reduciendo cada vez más, no parece quedar tiempo para las caricias, la compañía, la complicidad, ni lo sexual que antes todo lo arreglaba.


Por todo ello sería importante que nos planteáramos nuestras prioridades, pensar que “lo doméstico”, no tiene que quitarnos tanta energía, y que debemos cuidar lo más importante (a parte de los hijos si se tienen): la pareja, tratando de que la satisfacción del otro no sea tan complicada.

viernes, 16 de septiembre de 2016

MAYEUTICA Y TERAPIA

Tengo un buen amigo, al que tengo un poco abandonado y al que dedico este artículo, que es ginecólogo y obstetra, y después de releer lo que se escribe sobre Sócrates, ya que él no parece que escribiera mucho, entregado al lenguaje oral con sus discípulos, me di cuenta de que mi amigo en su calidad de obstetra y yo como psicólogo clínico, nos dedicamos a lo mismo. Tratamos como hacía, Fainarate la madre de Sócrates, de ser comadronas. Los cuatro: Fainarate, Sócrates, Carlos (mi amigo) y yo, nos dedicamos a lo mismo. Así parece ser que lo decía Sócrates: “soy hijo de una tremenda y excelente partera… me dedico al arte de mi madre… el arte de despertar y de hacer cesar los dolores del parto intelectual” (Teeteto, 151 b). Todos contribuimos a que nazca el ser del sujeto.

Para conseguir que este “dar a luz” del conocimiento, no doliera mucho, inventó un método que todavía se usa, aunque menos de lo que se debiera, me refiero a LA MAYÉUTICA, así en mayúsculas luce más, como se merece. Un método que tiene mucho en común con el psicoanálisis, donde se evita la sugestión y al terapeuta como amo del saber, y se propone hacer dilatar la mente, para un parto intelectual indoloro, donde se extrae el neonato del conocimiento, que estaba dentro del sujeto, en forma de elaboración, y que cambiará la posición subjetiva del paciente, al conocer nuevas verdades que recomponen su vida.

El método obstétrico (mayéutica significa obstetricia) consigue que el conocimiento la verdad (aletheia) del sujeto, aparezca, a través de un diálogo asimétrico, que saca el inconsciente de la represión.

Sería un excelente método que se podría aplicar a la enseñanza, para que el alumno aprenda de forma dinámica, descubriendo los conocimientos por sí mismo, con la ayuda de su maestro, y no como sujeto pasivo en el que se depositan los conocimientos, que muchas vecen lo atragantan, causándole algo muy grave: el desasosiego por aprender. En cambio la mayéutica utiliza el deseo de aprender, y lo constituye como un valor en sí mismo. Si un profesor pudiera transmitir el deseo de aprender, conseguiría lo más importante y su trabajo sería mucho más fácil.

El final del método socrático es llegar a la aletheia (también llamada anamnesis), de la cual hablaré en otro momento, base del conocimiento y de la extracción y abstracción de la verdad. Concepto que retomó Heidegger en el “Ser y el Tiempo”, donde la obra de arte, en sí, como parto del artista, podría ser un medio para alcanzar la verdad.


Finalmente quisiera que quedara como reflexión final que la Mayéutica posibilita llegar a poder extraer de nosotros mismos, los conocimientos necesarios sobre determinados problemas que nos pasan, que pueden ser curativos, aunque para ello necesitaremos siempre, la ayuda de un obstetra o psicoanalista.

jueves, 14 de julio de 2016

EL ABUSO DE LOS ANTIDEPRESIVOS

Decía el país recientemente (elpais.es 28/06/2016), que si los antidepresivos no funcionan ¿por qué se recetan con soltura? (sic). Para decir esto se apoyaba en recientes investigaciones que subrayan su ineficiencia, salvo en casos severos. Y a pesar de los malos resultados, en España se triplica el consumo (fuente AEMPS).

La depresión llamada por muchos la enfermedad del siglo XX, afecta ya entrado el siglo XXI a 350 millones de personas en el mundo. La revista médica The Lancet en un estudio reciente, no sólo concluye que los antidepresivos no aportaban ningún beneficio, sino que además provocan muchos efectos secundarios, como por ejemplo pensamientos suicidas, que es una de los problemas más importantes a tratar precisamente en la depresión.

El Prozac es el elemento paradigmático. Se han escrito muchos libros a favor o en contra, como por ejemplo: “Más Platón y menos Prozac” de L. Marinoff). Este fármaco salió al mercado en una gran campaña mediática, como la droga de la felicidad, y sin embargo no es mejor que un placebo en personas con depresión leve o moderada. Incluso se cita también en el artículo, que la empresa farmacéutica GlaxoSmithKline, también había constatado estos datos en sus propias investigaciones. Hay otros estudios publicados en la revista Nature que muestran que los antidepresivos si son efectivos en los casos de depresión grave. En estos casos la duración de estos tratamientos puede durar hasta 18 meses y en muchos casos más tiempo.

El prozac (fluoxetina), inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, ya tiene 25 años de existencia, fue el fármaco de moda cuando se introdujo en el mercado yanqui (1988), el sumun farmacéutico, gracias a la campaña comercial que se hizo, en la que ayudó mucho el libro de E. Wurtzel, “Nación Prozac”, que fue un best seller. “Lo que hizo que el Prozac fuera popular no fue su potencia –que en realidad no era tanta- sino su buena comercialización”, según D. Healy, profesor de la Universidad de Cardiff y autor de Pharmageddon. Además hizo que la cautela que había hacia los medicamentos, desapareciera en gran medida. En este sentido el efecto fue devastador, ya que se disparó su uso porque sirviera para tratar cualquier trastorno anímico. La única parte positiva es que cambió el concepto de depresión, haciéndola más cercana al individuo, y no se considerara tan grave; sirvió para que la enfermedad mental no estuviera tan mal vista, pero también favoreció a la psiquiatrización de la sociedad, y a un consumo de psicofármacos como nunca se había conocido.

¿Pero para qué sirven los antidepresivos?, anteriormente no he dicho que no tengan efectos, lo que se dice en las investigaciones citadas, es que no ayudan a curar la depresión moderada. Los psicofármacos no curan los problemas, estos se resuelven en terapia.  El Prozac actúa sobre la serotonina, pero la investigación científica no ha detectado hasta ahora ninguna anormalidad en el sistema de la serotonina en personas deprimidas. Los psicofármacos son drogas psicoactivas como el alcohol o la marihuana, por eso te sientes diferente cuando los tomas, colocándote en un estado mental diferente, produciendo efectos psicoactivos. En el caso de los antidepresivos, pueden ocultar -no curar-, los problemas emocionales, y con ello producir sensación de mejoría. Se necesitaría más información de los efectos que producen, también de sus efectos secundarios, y así poderlos conocer más.

El problema de base en mi opinión es la cantidad de dinero que mueven las empresas farmacéuticas con la venta de los psicofármacos, que actúan como un potente lobby, que condiciona hasta a los gobiernos y como no a los propios médicos. Esto nos lleva al tema de las prescripciones, donde hace falta una mayor cultura, sobre todo en nuestro país, por una parte el médico se siente necesitado a responder a la demanda del paciente, con un medicamento que puede ser en forma de placebo (como las vitaminas antaño) o un antidepresivo, con sus efectos ya dichos. Así el paciente entiende que se le atiende. Porque la cultura sanitaria ha hecho que se funcione así. Si no se consigue el medicamento parece que nos tratan mal; por eso tenemos en las casas, armarios llenos de medicamentos, que parecen verdaderos hospitales de campaña, ya que no se suelen acabar los fármacos. En otros países sólo se prescribe lo que se va a tomar. España es el segundo país de la OCDE en ventas de tranquilizantes, y no creo porque vivamos más nerviosos o estresados en este país.

Llegados a este punto, tengo que recalcar, aunque parezca demasiado insistente, que los problemas mentales se tratan con terapia, a cargo de un psicólogo clínico, y conviene hacerlo cuando empiezan, y no esperar a que se cronifiquen, otro efecto de los fármacos, a partir de esa especie de anestesia general que producen, haciendo que se vaya posponiendo el análisis de la solución.

Y para terminar un broche para conocer lo que está en juego. Allen Frances es un conocido psiquiatra, que ha intervenido en la realización de los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statical Manual of Mental Disorders, DSM), que son la referencia en el diagnóstico para la psiquiatría. Él participó en las tres primeras compilaciones y dirigió la cuarta, y ha sido muy crítico con las primeras y especialmente con la 5ª, ya que se está siendo muy poco preciso con las definiciones de enfermedades mentales. Si hay nuevos diagnósticos como el de “adicción al sexo” que ya se ha suprimido, pueden comercializarse nuevos fármacos, y seguir así con el inmenso negocio.

Y en la línea que comentaba antes añade: "Necesitamos reeducar a los médicos y al público y decirles que la medicación general daños, no solo beneficios, de que no todo problema humano viene de un desequilibrio químico, que la tristeza no se debe tratar, que el diagnóstico psiquiátrico es difícil de hacer y que se tarda mucho tiempo para ello y, en muchas ocasiones, varias visitas con el paciente. Algunos de los problemas vienen de los propios ciudadanos que, de entrada, piden pastillas. La gente debe aprender que los fármacos pueden ser peligrosos para ellos y para sus hijos. Sólo en raras ocasiones tomarse un medicamento es la mejor solución. Ahora en EEUU los fármacos recetados matan más por sobredosis que las drogas de la calle. Se causan más muertes con las farmacéuticas que con los cárteles de la droga" (Elmundo.es 14/09/16).

domingo, 22 de mayo de 2016

Uno de cada diez alumnos de Secundaria padece trastornos sin diagnosticar.

Esta era la noticia que aparecía en el periódico Información el sábado pasado. Muchos de los institutos de la provincia se quejan de los problemas que aparecen a diario en los centros educativos: anorexia, bulimia, déficit de atención, hiperactividad, y problemas neurológicos o de conducta. Estos son los que se apuntan en el artículo, de los cuales la anorexia es uno de los trastornos que puede acabar con la muerte de la persona. Así como también acaban en muertes, una cifra de suicidios importante en estas poblaciones de adolescentes, inducidos muchas veces por el acoso escolar (que no se menciona), y los problemas entre padres e hijos que pueden acabar en actitudes muy violentas.

Este importante número de chavales con trastornos, como se dice en el artículo, ha hecho que el Síndic de Greuges haya empezado a tramitar una queja de oficio, que implica a tres Consellerías: Sanidad, Educación e Igualdad (de Bienestar Social ha pasado a denominarse de Igualdad).

Esto demuestra el divorcio que ha existido entre educación y salud mental, hasta ahora, porque en determinados momentos se ha querido que educación resolviera todo: la parte académica, los trastornos de los alumnos y hasta los problemas familiares, cosa que además de ser imposible, no corresponde a la tarea de educar. Educar tratando de dar gusto a todos (un imposible ya marcado por Freud), corresponde no sólo a los centros docentes, sino también y principalmente a la familia. Son los padres los responsables legales de los menores; no deben olvidar esta cuestión y no deben delegarla en el profesorado, o en los abuelos. Educar es una competencia fundamental de los padres, y cuando aparecen “trastornos” en los/as hijos/as hay que consultar a los especialistas.

Y este trabajo conviene hacerlo en red, es decir participando todos en su parcela, sabiendo que la parcela más grande es la paterna. No pueden ser los centros escolares quienes asuman la responsabilidad de la salud mental de sus alumnos, ni únicamente las USMIs (Unidades de salud mental infantojuveniles de la seguridad social), que están colapsadas. Hay que hacer un diagnóstico de los casos de forma profesional, y se verá que muchos de estos problemas se deben a las problemáticas familiares, por lo que el problema generalmente no es del chaval sólo, sino de su entorno familiar y social.

Para abordar estos problemas existen también los SEAFIs (Servicios Especializados de Atención a la familia e infancia), que dependen de los ayuntamientos y que pueden coordinar a los distintos estamentos implicados: educación, sanidad y familia. Estos servicios están haciendo una labor interesante en este sentido y pueden ser implementados en el futuro por su capacidad de intervención en la familia, y así lo están haciendo en pueblos como Benissa, Denia, Mancomunidad Marina Alta, Villena, y Cocentaina, que yo conozca directamente.

También se hacía en Alfaz del Pi, con reuniones periódicas con la psicopedagoga del Instituto y de los colegios, se analizaban los casos y se actuaba en consecuencia, cada uno desde su lugar. El trabajo era así muy productivo y no sólo se podía actuar sobre los diferentes problemas de cada caso, sino que también podíamos prevenir problemas nuevos en el futuro.

Todo esto se acabó cuando el alcalde “socialista” del pueblo consideró que se gastaba demasiado y recortó el servicio, dejando fuera a la educadora y recortando a solo 25 horas el trabajo del psicólogo. Alcalde que para más ridículo ha sido maestro.


¿Que demuestra todo esto? ¿por qué recortamos en educación, servicios sociales, sanidad? Y ¿quién recorta?. Acuérdense para las próximas elecciones, que no es sólo el partido popular el que tiene las tijeras. Lo que nos interesa a todos los ciudadanos son los servicios que usamos todos los días, que podamos ir al médico con seguridad, que nuestros hijos estudien en las mejores condiciones, que existan psicólogos gratuitos si los necesitemos en la imposible labor de educar. Que se garanticen los servicios públicos, todo lo demás es secundario. Recuerden…

lunes, 16 de mayo de 2016

Obsesión por adelgazar

A continuación respondo a una entrevista sobre la obsesión por adelgazar.
¿Por qué es perjudicial obsesionarse con adelgazar? ¿Cómo puede afectar al bienestar mental?
Vivimos en un mundo que mantiene una especie de contradicción, por un lado el lazo social, hace que estemos continuamente conectados con la actualidad, con lo que pasa en este mundo global, y a la vez, con lo que le pasa a nuestros amigos, que siempre están al otro lado del teléfono, en estado latente. Pero por otro lado seguimos sintiéndonos solos con frecuencia, como esa escena típica de New York, donde la masa de gente andando por la acera o cruzando un semáforo, deja constancia de la soledad del individuo. Parece que cuanta más  gente hay, más nos sentimos solos, sobre todo si hay algún problema que nos molesta y al que no encontramos solución.
Estas sensaciones se agudizan cuando pensamos en nuestro cuerpo en relación al otro. Otro como ideal, que nos remite a un cuerpo perfecto admirado y valorado socialmente, esta es la cuestión: la valoración social marca tendencia, y hace que tengamos que parecernos a ese ideal, porque es la moda, y lo que es peor: porque si no, podemos ser rechazados por una presión social, ahora quizás mayor, por la globalización, por la cercanía del cuerpo del famoso de éxito.
Podríamos decir incluso, que este deseo por el adelgazamiento, constituye una vía de búsqueda fehaciente del reconocimiento social, que puede tapar, además, otras deficiencias que no se ven, y que son ocultadas inconscientemente, por este uniformismo que proporciona el cuerpo.
El problema está, en que siempre habrá una distancia respecto a ese ideal que nunca se alcanza totalmente, una distancia que pone en evidencia una falta, que si es demasiado marcada, reavivará el miedo al rechazo social, provocando angustia, y rebajará nuestra autoestima, a un punto peligroso.

¿Y al bienestar físico?
También la noción de cuerpo que nos formamos de una forma imaginaria, a veces no concuerda con nuestro físico desde un punto real, por eso aparecen trastornos de la alimentación como la anorexia, donde se aprecia esta distorsión. La obsesión por un físico ideal difícilmente concuerda con lo que vemos en el espejo, esto trastoca la alimentación, que nunca acaba siendo la adecuada, aumentando la culpa, y favoreciendo el riesgo de que el cuerpo físico se resienta por mala nutrición.

¿Cómo sabremos si nuestro deseo de adelgazar es obsesivo?
El punto de inflexión donde podemos hablar de que la obsesión por adelgazar hace síntoma, es decir, se convierte en algo que se repite y ya no se puede controlar, está en la falta de control, que hace aparecer la ansiedad, la culpa, los problemas de sociabilidad, etc.

¿Cómo podemos quitarnos un deseo obsesivo de adelgazar?
La cuestión se centra en conocer el límite; debería bastar con la sensación de alcanzar cierto bienestar físico, donde te puedas sentir bien con tu cuerpo, porque mantiene un buen tono muscular, flexibilidad, y lo que es más importante una sensación de equilibrio general, cuerpo mente, que no tiene por qué, responder a ningún patrón estándar, sin responder a ningún ideal externo.

¿Cómo puede ayudarnos un psicólogo a quitarnos la obsesión por adelgazar?

Si tenemos dificultad para pensar en que el equilibrio emocional junto con el corporal no logramos conseguirlo por nosotros/as solos/as. Puede ser el momento de buscar ayuda, no pasa nada por consultar a un experto, que nos permita funcionar sin angustia y poder luchar contra una imagen corporal distorsionada, para que pueda acoplarse de nuevo a un cuerpo con el que nos reconciliemos, sin responder a cánones exagerados, sino a un físico que nos convenza lo suficiente.

miércoles, 11 de mayo de 2016

¿me echarán de menos?

Son casi las seis de la mañana, una tormenta importante me ha despertado, por fin la lluvia después de muchos meses de sequía. El olor a tierra mojada evoca recuerdos del pasado.

Faltaría una hora para levantarme, para ir al ayuntamiento, como he hecho tantos años atrás. Me pregunto si de verdad echo de menos el trabajo. Si estoy haciendo un duelo  por esta importante pérdida en mi vida, que ha supuesto que mis expectativas laborales no se estén cumpliendo en la recta final de mi carrera profesional.

Ahora, en estos momentos, sí que echo de menos muchas cosas, creo que sobre todo a las personas, a mis pacientes los más agradecidos y de los que he recibido más satisfacciones. A mis compañeros y compañeras, a pesar de que nadie ha movido un dedo por mi permanencia, ni siquiera he recibido una llamada en estos cuatro meses y pico, interesándose por cómo me iba. Por eso me pregunto: ¿me echarán de menos?

Sé que nadie es insustituible, sobre todo tal como está la psicología en este momento donde cualquier psicólogo recién acabado se monta una consulta sin tener apenas formación ni experiencia. Echo de menos un servicio que ha ido a menos, que ahora es menos social, a pesar de la publicidad hipócrita, de estos años.

Puedo estar en la fase de la culpa, porque me siento algo responsable de no haber sido capaz de consolidar un servicio que atienda a las familias, en horario completo. Aunque sé que había conseguido un prestigio reconocido, en el exterior, a nivel de Comunidad Valenciana, por los profesionales del sector. Es verdad que lo que se monta con mucho esfuerzo  durante más de una década, es fácil perderlo en pocos meses. Basta con recortarlo. Se recortó su horario como si fuera un servicio menor, poco importante. Ya sé que esta decisión la tomó un alcalde, unilateralmente. Pero me pregunto si yo no tuve algo de responsabilidad por no demostrar que era un servicio fundamental, o dependía más de que una persona estaba en contra de este servicio porque quizás, presuntamente, le recordaba demasiadas cuestiones familiares, como padre, esposo, etc. Quizás si las hubiera tratado en éste o en un servicio parecido, le hubiera ido mejor, pero puede ser que vaya demasiado lejos. No obstante sabemos que el inconsciente nunca se pliega a la represión, y lo que no queremos ver o aceptar en nuestra vida, aparece en forma de síntoma. Además los problemas familiares repercuten en toda nuestra vida, y hacen también que nos apartemos del vínculo social, desarrollando cada vez más un carácter agrio, soberbio y autoritario.


Me queda por tanto en el aire el interrogante de si ¿me echará alguien de menos?, porque quizás necesite algo de reconocimiento, ya que fui apartado de un trabajo sin explicaciones, que no he encontrado posteriormente, y en el que el silencio de los que convivieron laboralmente conmigo tanto tiempo, demuestra un trato que quizás no merezca, que no merezca nadie, y que habla poco en favor de la condición humana, que a veces se preocupa más por los animales, que por las personas, aunque también éstos son mucho más fieles.

lunes, 18 de abril de 2016

Absentismo y terapia familiar

Quizás pueda resultar exagerado plantear una terapia familiar cuando estamos hablando de absentismo, pero cuando la falta a clase es prolongada, crónica, significa que tiene valor de síntoma. Constituye una llamada de alerta, una llamada inconsciente de atención hacia los problemas de un/a menor, que atañe directamente a la familia. Y este tipo de síntomas es necesario analizarlo en profundidad, con la familia y a menudo, en red: haciendo partícipe a educación y a servicios sociales.

Las consecuencias de que no se trabaje suficientemente este tema, harán que intervenga Fiscalía de Menores protocolariamente, y las sanciones podrían llegar a pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses, o incluso la suspensión de la patria potestad (artículo 226 del Código Penal). Podemos apreciar por tanto que el tema es muy grave.

Principales causas
A parte de las que ya se conocen de forma popular y para no extenderme demasiado, comentaré las que para mi experiencia de trabajo de forma pública y privada, en este tema he tratado a lo largo de más de 30 años. En estos casos las causas principales se refieren a:
-  Falta de interés de los padres por los estudios, sin valorarlos expresamente, incluso a veces ridiculizando el temario o los profesores.
“Absentismo” de los padres de la vivienda familiar, respecto a pasar demasiadas horas por motivos laborales principalmente fuera de casa, delegando muchas veces el cuidado de los hijos a los abuelos u otros cuidadores.
 - Falta de comunicación intergeneracional, que supone no saber que hacen sus hijos/as, que aficiones, amistades, tienen.
Conflictos entre los progenitores, por los derivados de la separación, estilos educativos diferentes.

Conveniencia de la terapia familiar
Podría decirse que el absentismo escolar y muchos problemas que se plantean en la familia, se relacionan con la falta de conexión, comunicación entre padres e hijos. La falta de interacción lleva a un sentimiento de abandono, de no ser importante para los padres y de ahí, de falta de autoestima, de falta de interés por la educación, desviándose el interés a lo que pasa fuera de los centros educativos, a fugarse de las clases para conocer otro mundo que ofrece otros atractivos y ninguna exigencia.

Si estas escapadas se hacen con otros compañeros de aventuras, el problema se agrava ya que el atractivo por el mundo exta-escolar va en aumento, y puede llevar a “sustituir” a la familia, por el grupo de colegas (banda por ejemplo).

La terapia familiar consiste en hacer consiente a la familia de todo esto, provocando un giro importante a la situación, empezando por conciliar la vida laboral con la familiar, aumentando la presencia en casa, para que el menor no se sienta sólo. Aumentar el interés por los estudios (entrevistas periódicas con profesores y conocimiento de las dificultades de los hijos/as). Conocerlos mejor sin comparaciones. Tratar de mejorar la comunicación, demostrando previamente interés por los que sienten, piensan...

La terapia familiar permite que todo este proceso sea mucho más fácil, por contar con la ayuda de un profesional que supervise todo este replanteamiento familiar.

La efectividad depende, de que los padres estén convencidos de que todo este cambio es necesario. Es imprescindible hacer un ejercicio de autocrítica por los padres, para reconocer la deriva peligrosa que se ha sufrido por el absentismo, y se trate de corregir con suficiente atención, ayudando a sus hijos/as en hacer ver la importancia de los estudios para el futuro, habilitando medios complementarios (terapia, clases particulares, …), para que este desenganche con la vida escolar, motivado por cierto desenganche en la vida familiar, no sea irreversible, y se puedan retomar los estudios, sin excesivos problemas.

En la Comunidad Valenciana existen unos equipos que pueden llevar a cabo esta terapia de forma gratuita; me refiero a los Servicios especializados de atención a la infancia (SEAFIs), que dependen de los Ayuntamientos y que están en coordinación constante con los centros escolares. Me imagino que en el resto de Comunidades Autónomas existirán servicios públicos similares.

martes, 12 de abril de 2016

EL SEAFI ÚNICO SERVICIO PÚBLICO QUE ATIENDE A LA FAMILIA.

La experiencia probada de los SEAFIs, en estos años de funcionamiento ha demostrado que los tratamientos de las familias con problemas de índole psicológico, son más viables desde un dispositivo municipal, ya que permiten un abordaje en red, es decir desde diversos ámbitos: sanitario, educativo, social, deportivo, etc.

Este encuadre al que me refiero, requiere una coordinación que suele hacer el propio SEAFI, que puede abarcar más, y contemplar las necesidades de la familia, de una forma más global, desde ese lugar podrá coordinar a los otros intervinientes: educación que estudiará la forma de actuar con los hijos en la escuela y/o instituto; sanidad si necesita un apoyo psiquiátrico en la USMI, si se refiere a los hijos/as, o a la USM si se trata de adultos, sin olvidar al médico de familia. Bienestar social si necesita además un apoyo económico. Estos tres pilares suelen ser vitales en el tratamiento en red, dentro de un programa de intervención único, donde cada uno tiene su responsabilidad, y sus objetivos prediseñados. También se puede implicar otras instancias como puede ser la actividad deportiva, las posibilidades laborales, etc.

En la actualidad por tanto, la complejidad de las familias o unidades de convivencia, es tan grande que es imprescindible una intervención responsable, con profesionales que tengan una amplia experiencia y formación en este sector, ya que también puede ser peligroso intervenir en una familia si no se tienen una adecuada preparación clínica. Es decir, sin esta preparación, se puede hacer también bastante daño. Los cambios tienen que estar bien trabajados y no forzados, sin que la familia esté preparada para poder asumirlos.


El SEAFI, alfacino atendía antes de las restricciones y recortes, una familia nueva por semana, con nuevas problemáticas, aproximadamente. Al año podían atenderse a más de 80 familias, con sesiones distintas a los integrantes. Esto permite entender la importancia de este servicio municipal gratuito en una población de 20.000 habitantes como es la alfacina, que no existe en otro sitio, ya que sanidad sólo atiende individualmente. No hay por tanto ningún dispositivo público gratuito, que atienda a las familias, psicológicamente.

lunes, 4 de abril de 2016

La psicología se considera cada vez menos en la política municipal

Vivimos un retroceso de la importancia de la psicología en las políticas sociales municipales, en paralelo a la devaluación de los servicios sociales (la Crisis como escusa), que han pasado de llamarse, popularmente, concejalías de bienestar social a concejalías de servicios sociales, ya que estos servicios municipales, cada vez están más abocados a la tramitación burocrática de las demandas sociales directas de los ciudadanos, sin poder hacer trabajo de prevención, u otro trabajo comunitario que no se base en la burocracia, para tramitar esta o aquella ayuda. Cada vez este trabajo nos recuerda a un trabajo de tipo beneficencia, como el que se sigue haciendo en los bancos de alimentos, donde se entrega comida a los más necesitados (que también recordará a los más mayores las cartillas de racionamiento de la postguerra).
La psicología no iba a ser ajena a todo ello, aunque consiguió entrar en los ayuntamientos, gracias al trabajo de muchos que demostramos, sus posibilidades en los gabinetes psicopedagógicos, o en los servicios sociales, trabajo arduo pero que resultó muy importante al poder abrir una brecha en unos servicios municipales, que cada vez se abrían más al ciudadano directamente, gracias a la famosa descentralización que se produjo en los principios de la democracia.
Los psicólogos entonces abríamos brecha en los ayuntamientos en los colegios, en la sanidad (psiquiátricos y hospitales, luego se reconocería a los PIR, como a los MIR, pero con muchas menos plazas). Era una profesión relativamente nueva, y las primeras promociones nos movilizamos para abrir estos espacios de trabajo que han ido a más hasta ahora. Lo que parecía una tendencia positiva que iba calando en la sociedad, ha sufrido una desaceleración, como diría alguien que los lectores recordarán. La Consellería de Bienestar Social (ya no se llama así), diseñó unos servicios de apoyo a la familia hace 17 años. Momento en que se gestionó la Ley de Mediación, y se crearon los Servicios Integrados de atención a las familias, que luego se convirtieron en los SEAFIs y que crecieron en casi todos los pueblos de la comunidad de tipo medio o en el seno de mancomunidades. De esta forma empezó un trabajo considerable de apoyo a las familias, para tratar sus conflictos. Fueron reconocidos por los ciudadanos en investigaciones que hizo la Universidad de Valencia. Supusieron un éxito que todavía hoy se mantiene, dado su carácter social, y a su preparación profesional, que no ha parado, consiguiendo que estos equipos estén cada vez más especializados en los conflictos de las unidades familiares.
Esto también se realizó en el pueblo donde vivo: Alfaz del Pi, consiguiendo que este Servicio fuera uno de los más punteros en la Comunidad. En este sentido realicé la coordinación de la primera formación de los trabajadores que participaban en estos equipos, trabajo que se publicó en un libro. Además contribuí a la formalización de un protocolo de trabajo, publicado por la propia Consellería. Todo iba bien profesionalmente, hasta que todavía no se sabe por qué motivo, se decide restringir el dinero y el tiempo de dedicación de este servicio tan importante. Desde hace dos años se reduce a casi la mitad la jornada del psicólogo, y se prescinde del educador familiar. Decisión unilateral que va en contra de las directrices de la propia Consellería, que plantea un psicólogo a tiempo completo y un educador a tiempo parcial. Es la propia Consellería quién subvenciona el servicio al 60 %. Pues no se hace caso a nada, y se reduce el tiempo y se prescinde del profesional que llevaba el servicio desde hace 17 años. Es como si a nuestro médico de cabecera de siempre, se le echara a la calle porque sí.
Y llegados aquí, retomando la parte inicial, nos podemos cuestionar cómo se toman estas decisiones? ¿quién está legitimado profesionalmente para ello?,¿quién interviene en las mismas?,¿qué hace la oposición?; ¿por qué no se consulta a la propia dirección territorial de Alicante de la Consellería, que es quién controla el servicio profesional y económicamente, o a otros especialistas de educación, sanidad, etc, que están contentos con el servicio y que lo han manifestado públicamente? La respuesta es: la decisión la toma el señor alcalde-presidente, él sólo, con una preparación en Magisterio. La oposición no hace nada, da la sensación de qué se entera poco, ya que algunos no sabían de la existencia del Servicio (¿!). Más allá del retroceso que esto produce en la psicología con los recortes, como en sanidad, y que afecta de lleno a los ciudadanos, cabría preguntarse ¿qué políticos tenemos? ¿quién nos gobierna?. ¿un cacique que usa de su mayoría absoluta como le da la gana, sin escuchar a nadie? ¿unos concejales de la oposición que no se enteran de lo que pasa, a pesar de cobrar todos los meses?; y lo que es peor ¿esto se va a arreglar en las próximas elecciones?.
Quizás por esto la prensa y los jueces estén siendo más protagonistas estos años, ya que si no fuera por ellos, ¿en qué clase de país viviríamos?

También por eso la gente opta más por lo privado (los que pueden claro). Seguimos viviendo indignados con todo lo que pasa, y por esto resulta más indignante que un Ayuntamiento se las dé de MAS SOCIAL, demostrando que cada vez le importa menos lo social, sin entrar a hablar de la tercera edad, dependencia, etc. Espero que cambie que aunque ahora sea MENOS social no llegue a ser A-SOCIAL.

miércoles, 16 de marzo de 2016

España necesita un psicólogo

En recientes declaraciones sobre la situación política de España, Antonio Banderas, el actor de cine holiwuliano (es un neologismo), ha declarado que: "España lo que necesita no es un presidente, sino un psicólogo que nos diga que somos mejores de lo que creemos". Me hizo mucha gracia esta aseveración del famoso, de edad parecida a la mía, aunque en el físico no nos parezcamos tanto; menciono la edad porque ha vivido una época similar a la mía,en esta nuestra piel de toro (expresión ahora mal vista).
Y me llama la atención por dos cuestiones: en primer lugar su fe en la psicología para arreglar los problemas sociales. Aspecto muy interesante, ya que la psicología comunitaria o social, sí que puede ayudar mucho a los grupos sociales, colectivos, porque tiene una sensibilidad con los que sufren, si hablamos a nivel municipal, autonómico, etc. Pero respecto a todo un país, supondría una excesiva valoración de esta disciplina.
En segundo lugar, la referencia a la baja autoestima de los españoles, porque pensamos que somos peores de lo que somos. Esto parece más una autorreferencia, que tendrá que ver con lo que tuvo que superar el actor en su periplo americano, emigración que no tiene que ver con la emigración anterior española, que era claramente diferente a la actual. Eran obreros los que tenían que mantener a familias hambrientas, en una sociedad devastada por una guerra civil insensata. En relación también con la salud mental de fanáticos que destruyeron un país, por su ideas megalomaniacas dignas de estudio psicológico. Si Franco hubiera ido al psicólogo, quizás sus características psicopáticas no se hubieran materializado en un golpe de estado, sería interesante analizar esta cuestión, en una novela histórica de ficción, del estilo de "locos no egregios" a lo Vallejo Nágera (J-A). Pero también hay que decir que los psicópatas no va a análisis, no tienen conciencia de enfermedad.
Lo curioso es que elevar artificialmente la conciencia de ser mejor, es decir creerse mejor que los demás, como sobre compensación de una baja estima, lleva a la megalomanía, y al maltrato, de esto sabe mucho el inconsciente de los maltratadores de género, que minan a las mujeres para considerarse ellos mejores.
Pero dejando el aspecto patológico, si estoy de acuerdo con Antonio (B.) en que nuestra generación sí que sufría de baja auotestima, por eso nos alegrábamos de los logros de los españoles fuera de nuestro país, como si nuestro hermano mayor nos defendiera ante lo extranjero, (entendido como lo que es difícil de entender). Pero no creo que sea el problema actual, una vez conseguido equipararnos a los demás países, siendo campeones del mundo y de Europa de fútbol, ya nos consideramos (desde los cuarentones para abajo), como iguales a los demás, incluso ya somos igual de altos (hasta tenemos a un Rey que pasa la media… de altura).
El problema más que de autoestima puede radicar en vencer la costumbre de que manden más de uno; esto también se ha conseguido en las familias españolas, ya no manda sólo el pater familias, se ha conseguido una democratización en el poder familiar, mucho más generalizado que antes, ahora se hace caso a papá y a mamá, incluso muchas veces suelen estar de acuerdo.
Por falta que esto se extienda al poder, Los españoles en sus votaciones han demostrado estar de acuerdo en tener un gobierno con varios partidos, de color ya no tan azulado, pero son los partidos los que no quieren compartir ese poder. Este es el tema que se repite: la erótica del poder. Ejercer el poder sí que tiene que ver con la autoestima, satisface sexualmente (sobre todo a los más perversos) y te coloca en un lugar superior a los demás que a todos les cuesta dejar. Por eso en muchos países se limita constitucionalmente: ejercer el poder más de 8 años, ya que puede convertirse en algo megalómaniaco y por tanto enfermizo, de mal pronóstico.
Entenderse entre los partidos es algo a lo que no están acostumbrados, hasta ahora podían hacer y deshacer con gran impunidad, por ello la corrupción, por eso los españoles también queremos un gobierno en el que el entendimiento  de varios, haga que se vigile la corrupción y las decisiones sean más consensuadas y por ello más cercanas al pueblo.